Igual que las personas mayores, cuando nuestros perros llegan a una edad avanzada sus músculos y articulaciones sufren las consecuencias del desgaste de toda una vida caminando a nuestro lado.
Es muy frecuente la aparición de lo que llamamos osteoartrosis, que consiste en la degeneración del cartílago articular que provoca dificultades de movilidad.
Una de las técnicas más utilizadas para frenar los signos de la artrosis, tanto en la medicina humana como en la veterinaria, es la fisioterapia.
Aunque es ideal ponerse en manos de especialistas que valoren tu caso en particular, hay algunas cosas que puedes poner en práctica en casa para ayudar a tu perro, que sólo requieren un poco de tiempo y dedicación.
El objetivo de la fisioterapia en perros con artrosis es intentar solucionar las consecuencias del desgaste articular: inestabilidad, disminución de la movilidad, dolor y atrofia muscular.
- Reducir el dolor
– Medicación: Tu veterinario debe valorar ante todo la necesidad de realizar un tratamiento médico para reducir el dolor. Si ponemos a “trabajar” el cuerpo de un perro con dolor no le estaremos ayudando sino todo lo contrario.
– Aplicación de calor: el uso de esterillas (¡vigila siempre que no quemen!) en la zona afectada hace que la fisioterapia sea más efectiva y reduce el dolor. Si no tienes esterilla, puedes fabricar un cojín de calor casero llenando una funda de almohada con arroz y calentándolo unos minutos al microondas.
– Masajes: realiza friegas suaves primero, y más intensas después, en las zonas doloridas como las articulaciones de la rodilla, el hombro o la columna vertebral. Recuerda que un buen masaje nunca debe producir dolor.
– Estiramientos: ponte al lado de tu perro y realiza flexiones, extensiones y rotaciones suaves de cada una de las articulaciones de las cuatro extremidades y también del cuello.
– Si tienes dudas, consulta a tu veterinario. Consúltale, por ejemplo, sobre la opción de la acunpuntra.
- Potenciar la musculatura: la importancia del paseo diario
La falta de movilidad hace que la musculatura se atrofie, lo que produce un aumento de la inestabilidad y una menor movilidad, iniciando un círculo vicioso que debemos romper para que nuestro perro siga activo mucho tiempo.
Para que la musculatura no se atrofie debemos procurar que nuestro perro haga ejercicio moderado y controlado.
Lo que sí debes hacer:
– Salir todos los días a pasear, pero siempre a un ritmo muy suave.
– Cambiar el recorrido a diario.
– Pasear por terrenos irregulares como zonas de piedras o arena para movilizar todos los grupos musculares.
– Aumentar el tiempo caminando o la distancia recorrida todas las semanas.
Lo que no debes hacer:
– Forzar la actividad cuando hay dolor.
– Potenciar las actividades repetitivas o agresivas como jugar a tirar la pelota o saltar.
– Salir a correr sin calentar: trotad unos minutos antes de galopar.
– No parar hasta que el animal esté agotado.
- Mejora el estado de salud general del animal
– Controla con tu veterinario las posibles enfermedades asociadas que puede sufrir tu perro, como trastornos cardíacos, respiratorios, digestivos, hormonales, entre otros.
– Controla también su peso: la obesidad o el sobrepeso dificultan la movilidad, ya que sobrecargan las articulaciones ya de por sí afectadas.
- Mejora su entorno
– Haz que duerma en una cama blanda y mullida para evitar los golpes al sentarse o tumbarse.
– Evita los suelos resbaladizos de la casa como el gres o el la madera, por lo menos en las zonas de descanso o alimentación de tu perro. Le será más fácil levantarse y avanzar. Poner una lámina de goma o caucho es una idea sencilla y económica.
– Evita que pase frío o humedad impidiendo que duerma en la intemperie, sobre todo en invierno.
– Ten paciencia: a la hora de pasear no quieras ir a toda prisa porque querrá seguirte, pero no podrá.
Un consejo elaborado por los expertos de Advantix de Bayer
Muy interesante. Me parece muy bien todo lo expuesto en este post para conocer los beneficios de la fisioterapia en los perros mayores. Buen trabajo y un saludo!!